El descubrimiento en la University of West London (UWL), reconocida como la universidad del año en experiencia estudiantil en 2021 por la Good University Guide, marca un avance prometedor en la intersección de la biología y la tecnología. Los científicos Antoni Gandia y Andrew Adamatzky han desarrollado una piel sintética a partir del hongo ‘Ganoderma sessile’.
Este hongo, aunque no comestible y tóxico para los humanos, ofrece características perfectas para replicar rasgos de piel orgánica. Intrigados por sus características, los investigadores recubrieron un modelo robótico con micelio de este hongo, mezclado con agar (un tipo de almidón) y sumergido en una solución especial. En solo cinco días, el hongo cubrió completamente el modelo robótico, dotándolo de una «piel» sintética funcional.
Lo que destaca de esta piel sintética es su capacidad para reaccionar a estímulos como el tacto y la luz, lo que potencialmente podría permitir a los robots responder al entorno de maneras más sofisticadas. Además, la facilidad de producción de esta piel promete posibles aplicaciones a gran escala.
Imagínese robots cubiertos con esta piel, capaces de auto-repararse o adaptarse según las condiciones externas. Pero los usos no se detienen en la robótica. Gandia sugiere que esta piel de hongo sintético podría usarse en edificaciones para regular automáticamente la temperatura interior.
La fusión de estructuras artificiales y biológicas como esta señala una nueva era en múltiples campos, desde la tecnología y la robótica hasta la construcción. Si bien el proyecto aún está en sus primeras etapas, el potencial es innegable y marca un hito emocionante en la innovación científica.
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